miércoles, 17 de noviembre de 2021

¡Felicidades Fara!

La vida es hermosa en los primeros 1,462 días, porque en menos de ese tiempo, se aprende a caminar, se aprende a charlar, a tener muchos nuevos conocidos y descubrir que las gallinas no se dejan agarrar tan fácilmente como los pollitos (Papá le dijo a Fara que si alcanza una gallina, la puede bañar y las gallinas siguen sin bañarse).

Mi pequeña cumplió 1,462 días y a decir verdad, fue un día muy estresado por lo menos para su Papá que no deja de meterse en problemas cada que está con la pequeña Fara, para ella, el tiempo lo dirá pero deseo que estuviera feliz este día.


La verdad es que estoy cansado, mucho trabajo con muchísimo estrés que me hace coquetear con la idea de irme a dormir pero debo seguir trabajando un rato más, la espalda no me duele como otros días y ni siquiera hay antojo de palomitas o de esa reserva de chiles en escabeche que están esperando turno en el refri (si, me acabo de descubrir un gusto por botanear chiles en escabeche, yo se que será pasajero, como cuando fueron las tortillas con mermelada o mezclar azúcar y sal con limón).


Había pensado en comprar unos patines para Fara, pero por el precio, serán para las fechas de fin de año y por ahora solo unos huevo kínder ya que hay otras prioridades y ella no debe saber que los patines los estoy cotizando, y ya vi unos preciosos con casco y amplia protección integrada y seguro de gastos médicos (Si, tambien ando cotizando seguro de gastos médicos).


Bueno, nos encontramos Fara y yo en la tarde, ella feliz con su vestido para fiestas y muchas, ¡muchas! cosas que platicar, hace frío así que el tapabocas es excelente para tener una buena charla en la calle sin preocuparnos por un catarro a pesar que compramos paletas de hielo en lo que llegábamos a un buen refugio (Ella pidió de fresa y yo de limón, pero adivinen, ella dice que mi paleta estaba más sabrosa y terminamos cambiando de sabores :) ).


Pasamos con la tía Ana, ahí fue cuando me dio la fotografía que les comparto, me dicen quienes conocen a Fara que tiene un enorme parecido a la foto, ¡pobre!, ¡tendrá calvicie de adulta! y no se como explicarle ese problema cuando sea grande...


¡Llegamos a comer! (como buenos gorrones), algunos regalos, muchas fotos y varias videollamadas de felicidades de Don Tomas, de la Familia en EEUU y más tarde de la tía Vero, así como abrazos y algunos presentes.


De ahí a casa, entonces la fiesta se volvió completa porque había que jugar a las escondidas, alcanzar y abrazar a botas (la mascota, una gatita a la que la podremos a dieta ya mismo), había que preparar ponche (Fara dice que es ensalada) y otras video llamadas de felicitaciones sin dejar pasar la oportunidad para dibujar en papel y en la computadora.


La noche llegó con un maratón de Slim Sam y un profundo debate de cómo se hacen los juguetes con cajas de cartón, para dormir con la permanente resistencia de "otro capítulo más de Slime Sam más y ya...".


A la mañana siguiente, aún con el sueño a tope, a retomar el camino rumbo a los cinco años y muchos más días que tendrán sus propias aventuras, que darán nuevas alegrías y maravillosas sorpresas.


¡Feliz cumpleaños mi pequeña Fara!, que estos 1,462 días pasaron muy rápido. Caray, como recuerdo el camino para conocerte en el hospital y como me estremece aún que todos mis pensamientos estaban en qué palabra sería la primera que le te iba a decir, una palabra que estuviera llena de lo que ella significa en mi vida, que le demostrara que la extrañaba antes de conocerla y que tuviera un profundo significado, buscar una palabra que simboliza ¡TODO!, porque cuando te vi por primera vez mi pequeña Fara, ¡descubrí que la palabra existe! y llegó justo a tiempo, que es magnífica porque significa lo más bonito que en TODA mi vida ha sido una constante, porque viene en muchas formas y es tan representativa de lo que se vive en el centro de México y será la identidad en la que te vas a identificar: ¡Quesadilla! (Y al mismo tiempo pensaba: ¡sin queso!).


¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS FARA!!!, TE AMO, TE MANDO UN CORAZÓN Y UN ARCOIRIS Y UN BESO Y ¡¡¡FELICIDADES!!!.


sábado, 6 de noviembre de 2021

De dragones y cincuates

Era un día tranquilo, normal, la rutina era la de siempre, estaba sin molestar a nadie, sacando brillo a mi calvicie, cuando, de manera angustiosa escuché los gritos: Las dos gatitas a mi espalda, maullaban algo así como: "miau, miau" lo que significa: "¡atraparla we!, ¡ahí está!".

Y al voltear...

¡Una cincuate se había metido a la casa! (si, una cincuate con i). Después supe que era una cincuate bebé que estaba huyendo de un sembradío de maíz que tengo frente a casa y que hoy estaban limpiando.

¡Valientemente!, saque mi espada (una regla de metal de cincuenta centímetros), tomé mi escudo (un bote de plástico para la basura patrocinado por Grupo Sadasi, que hace casas de interés social muy coquetas) y dado que hoy no tengo una princesa a quien salvar (mi pequeña está en Tulancingo y la veo hasta el lunes), tomé una de sus muñecas y la aventé al sillón para poder tener un motivo para pelear contra la cincuate y ganarme el amor de trapo de la pequeña muñeca, ahora en desgracia.

La batalla fue intensa y peligrosa, lo primero fue tomar a las gatas y las lance fuera de la casa para evitar se lastimaran, entonces cerré la puerta y por un segundo me quede pensando -¡que pend...! ¿porqué no me salí tambien?, ¡me había quedado dentro, en la casa con la cincuate!-, pero me arme de valor (¡mujeres!, ahora pueden suspirar) y retome la pelea.


Ella movía su cola como Dragón furioso (o víbora con miedo, da igual), la acorrale y la pude meter a la cubeta con ágiles y rápidos movimientos (vale, vale, eran trapazos y escobazos con gritos de por medio de miedo, pero esos no cuentan).

Ya más tranquilo, con el aire de nuevo en mis pulmones y la muñeca de trapo abrazándome, muy feliz de haber sido salvada, valientemente me acerque a la jaula del dragón (que si, víbora cincuate en un bote de basura).

Y ahí estaba, viéndome, amenazando retomar la pelea si hubiera podido escapar.

Busque en los libros antiguos más acerca de estas bestias (bueno, en realidad fue en google) y veo que están en peligro de extinción y comen ratas...

Así que me relaje, quedaba claro que no me iba a comer (no para todos soy una rata, para algunos si, pero no para todos), bebí agua, volví a tomar valor y con muchos escalofríos, salí con la bestia al campo, tan lejos de casa como tan cerca pude de la casa del vecino que me cae gordo y ahí la dejé, que sea libre y siga su camino.

Monte mi corcel (ok, vale, ¡salí corriendo de ahí!) y retome el camino para nuevas y desopilantes aventuras...

Listo, ¡hagan canciones con mis aventuras!, que hoy pude vencer un peligroso enemigo, mañana, quien sabe, tal vez sea una comadreja peligrosa...