¡Vivir, que hermoso legado!.
Imaginen leer una enorme biografía y por muy grande que sea, sólo nos haremos una idea de lo que el protagonista ha experimentado, solo veremos como las metas se han alcanzando y solo seremos lectores, sin conocer muchos detalles de todo el camino recorrido.
¿Qué pasó?, ¿qué emociones se mezclaron?, ¿cuántas aventuras sucedieron para poder comenzar una nueva?.
Con mucha franqueza, de todo mi árbol genealógico (más de 1,700 personas localizadas), debo reconocerle que hay una, la de un viajero que por si solo me ha causado un maravillosa complejidad al organizarlo, porque influyó en tantas vidas que muchas de ellas ni siquiera lo sospechan, que vivió su entorno como si de un pirata de cuentos se tratara (en mi opinión, a veces con mucha inocencia) y de manera muy discreta, fue parte muy importante en la vida de tantos, pero con una presencia muy sutil, casi como si de un fantasma se tratara.
Por la cercanía, pude platicar muy largo y tendido con este aventurero y conocer algunos secretos que al más puro estilo de un agente secreto, pocos o nadie más sabrá, porque gustaba del misterio y la buena charla.
Así le encontré sentido a muchas decisiones que a la vista externa no tendrán ningún aparente orden, pero que al conocer las premisas hacen mucha coherencia.
Con un perfil muy discreto, sin levantar la voz o dar golpes de mesa, sin ejercer ninguna fuerza física, sacudió muchas vidas como si de un terremoto se tratara y otros que le conocieron, a veces no sospechan la influencia que les ha dejado. Pero él sabía muy bien sus temas y los veía, tranquilo, observando como los demás se preguntaban qué había ocurrido y no se enteraron del paso de tan singular bohemio.
Lo dicho, un suave viajero en toda forma, y en contraste, ¡cruzó la Ciudad de México persiguiendo literalmente como superhéroe a crueles y malvados villanos! (Si, literalmente), y terminaba la faena escondido porque su Mamá iba a regañarlo por una travesura de tantas, que se había descubierto.
Te amo Papá, descansa en paz.
